En primer lugar, hay que recordar que una estrategia de contenidos no nos va a aportar un aumento inmediato de visitas a nuestra web, y mucho menos de conversiones. Crear un contenido excelente y único es sólo una pieza del rompecabezas que representa un buen marketing de contenidos.
Hay que hacer una planificación adecuada que siga los pasos que quizá seguiríamos para una investigación científica:
- Definir el problema, que en este caso, son varias preguntas: ¿quién es mi audiencia? y ¿qué le quiero decir? Si logro plantear respuestas válidas a estas dos preguntas, parte de mi estrategia se desprenderá de ahí de forma más sencilla. Y es que no puedo pretender que «gritando» mi contenido en la web, vaya a encontrar lectores mágicamente. Debo saber quiénes son los lectores que me interesan para poder escribir lo que a ellos a su vez les llama la atención.
- Usar sabiamente mis herramientas. En este caso, en primer lugar son mis palabras clave. Hay que utilizarlas, sin duda, pues de otra forma los buscadores no me encontrarán. Pero no hay que abusar de ellas, porque podemos correr el riesgo de ser penalizados. Además, ¿a quién en su sano juicio le interesa leer un artículo que dice mil y un veces la misma palabra, fuera de contexto y fuera de lugar?
- Delinear claramente mis objetivos. ¿Qué espero lograr? Y es aquí donde debemos pensar que la estrategia de contenido es como un gran boomerang o como comer avena. ¿Por qué un boomerang? Porque es una herramienta que lanzas y que regresará, pero no de inmediato y no sin antes dar muchas vueltas. Digamos que tienes un blog que se corresponde con una empresa de reformas, y haces un excelente artículo con tips para usar el color de moda este año. Consigues lectores, precisamente de personas que viven en tu zona de influencia. No todos ellos van a iniciar una reforma en este momento. Tendrán ahí, en su recuerdo, ese bonito artículo que leyeron en tu blog. Lo olvidarán. Pero el día que precisen hacer reformas y vean tu sitio al realizar una búsqueda, algo hará clic y te recordarán y es muy probable que elijan tu empresa. Por eso usábamos la metáfora de comer avena. Es bueno para tu salud, pero no por comer un plato de avena hoy y otro mañana ya vas a amanecer al tercer día sintiéndote bien: es una estrategia a largo plazo.
- Contrastar y medir variables. A pesar de esta noción de estrategia a largo plazo, siempre hay que usar las métricas del sitio y el blog para saber si estamos avanzando en nuestros objetivos. Nadie puede escoger el camino adecuado a ciegas: las métricas son una herramienta que no debemos omitir en el marketing de contenidos.
- Cambiar, mutar y ser original. Encontrar tu público y saber qué quiere leer no quiere decir que escribas siempre lo mismo. Usa videos, infografías, imágenes, consejos, listas… escribe diferente y acércate a tu público.
- Difunde. Un buen contenido es un paso inicial fantástico, pero no sirve de nada si nadie lo lee. Busca backlinks, menciones de influencers… Empieza la larga vida de tu post en la web compartiéndolo sin hartar a tu público. Y continúala produciendo continuamente contenido único e interesante.
¿Quieres gestionar adecuadamente tu estrategia de contenidos?